'Unidad móvil' descubre la historia de ocho edificios aragoneses con pasados sorprendentes

Los edificios que nos rodean han tenido otras vidas. Fueron construidos para cumplir una función que pocas veces tiene algo que ver con la actual

Este viernes los reporteros de 'Unidad móvil' van a conocer el pasado de ocho edificios aragoneses que anteriormente tuvieron otra vida.

¿Cómo se convierte en tanatorio una discoteca? Esa es la pregunta que se hicieron en su momento los vecinos de Grañén. De la noche a la mañana vieron cómo la sala Open Club tomaba un rumbo radicalmente diferente. "Al principio no nos lo creíamos", cuenta un vecino, "pero al final te acostumbras". Algo similar sucedió en Jaca cuando se anunció que las instalaciones del antiguo matadero pasarían en breve a albergar la sede de la Policía Local. De hecho, el rótulo "matadero" seguirá a la vista porque está grabado en el muro de acceso. "Nos esperamos bromas al respecto", cuenta con humor uno de los agentes. Bromas también en Sástago para quienes han arrendado un piso en lo que en su día fue el cuartel de la Guardia Civil de la localidad.

La estación de tren de Perales de Alfambra nunca llegó a inaugurarse. Nunca se utilizó para nada. Hace unos años el consistorio local decidió darle una vuelta y construir en sus instalaciones un complejo polideportivo. El muelle de carga se ha convertido en una piscina cubierta. El patio, en pista de atletismo y campo de fútbol. La reforma no ha podido ser mejor acogida.

Quienes construyeron el silo de Bello en los años 50, no imaginaban que cumpliría sesenta años convertido en hotel. Miguel Ángel, el dueño y artífice de la reforma, cuenta que la idea se le ocurrió paseando con su mujer una tarde: "Me pareció estupendo para hacer un hotel. Se lo propuse a mi mujer, y ¡aquí estamos!", cuenta él. Tenían por delante muchos meses de reformas y papeleo, pero por fin, en agosto de 2.015, el hotel "El Silo" abrió sus puertas. Tiene 50 plazas. Cuenta con un mirador orientado hacia la laguna de Gallocanta y situado a más de 25 metros de altura. Además, posee un observatorio astronómico en la cúpula que pueden usar los clientes. La decoración está jalonada de maquinaria y objetos que se utilizaron en el silo.

El barrio zaragozano de la Cartuja Baja es un caso inédito en España de transformación de un conjunto monástico en población. La desamortización de Mendizábal en 1835 puso en manos de colonos agrícolas las tierras y dependencias del monasterio. Casi dos siglos después, el conjunto ha derivado en el pueblo que conocemos como Cartuja Baja. Todavía se conservan algunas dependencias del antiguo monasterio (portería, torre y sacristía, exterior del refectorio, etc.), así como el trazado general de la cartuja, cuyas vetustas galerías y pasillos coinciden con las actuales calles.

Este viernes, a 21:30 horas en 'Unidad móvil', "Ya no es lo que era" #UMNoesloqueEra