Los protagonistas de ‘Un Hotel de Mil Estrellas’ asientan sus conocimientos sobre la trashumancia

La trashumancia es un patrimonio cultural desconocido para muchos en Aragón. Esta tradición ha configurado un paisaje cultural específico articulando una tupida y extensa red de vías pecuarias

Los protagonistas de 'Un Hotel de Mil Estrellas' se sienten cada vez más integrados y útiles para sus compañeros de viaje y van asentando los conocimientos sobre el mundo trashumante: la importancia de los perros pastor para manejar el rebaño, las posiciones que deben ocupar en cada momento para que no se divida y los sonidos para animarlo o amedrentarlo.

También han cambiado ya uno de los tópicos del mundo del pastoreo. Para muchos la imagen del guarda del rebaño era la de un hombre tranquilo y entregado a la meditación. Sin embargo, las prisas acechan casi a cada minuto, y ellos mismos ya han tenido que echar a correr en muchas ocasiones. Lo mismo ocurre con la necesidad de acudir a sus conocimientos en veterinaria. En cualquier momento pueden asistir al parto de una cabra y son muchos los animales que sufren las consecuencias de duras caminatas con heridas en las pezuñas.

Los Belenchón son los ganaderos con la meta más lejana. Por eso el orden es imprescindible para casi un mes de trayecto y el motivo del primer disgusto del día. Andrés descubre que los colchones no han sido doblados de la manera correcta y esto desata su mal genio. Quizás también tenga algo que ver que la jornada es especialmente compleja para los animales. Tienen que pasar por varios desfiladeros en los que sobre todo las vacas y los caballos resbalan con facilidad. En el barranco de "La Tiná del Rojo" el año pasado se despeñaron dos yeguas. Antes de partir, los pastores solicitan la ayuda de María y Alejandro porque una potra lleva días estornudando y no saben cómo tratarla. La nota más dulce la ponen los dos cabritillos nacidos durante la trashumancia, uno es macho y otro hembra, por eso los bautizarán con los nombres de nuestros dos estudiantes de veterinaria.

En la Ribagorza Amaya y Marta siguen aprendiendo de Judith: las ovejas que van a la cabeza del ganado suelen disfrutar de esa posición desde que se unen al rebaño, y probablemente hereden este puesto de sus madres. Las cuatro pastoras que les acompañan siguen llamando la atención de los extraños que se cruzan, no es lo habitual en el mundo ganadero. Amaya, cuya familia pertenece a este sector, hace hincapié en que la mujer y el pastoreo siempre han ido de la mano, pero no era una labor con visibilidad. La ruta por el Pirineo no resulta fácil, así que se hacen con unas varas para ampliar sus puntos de apoyo. Tendrán que superar muchos metros de desnivel y Marta, que no tiene esta costumbre, lo pasará especialmente mal. Ambas jóvenes deberán examinar a uno de los mastines que guardan al rebaño tras ser atropellado por un vehículo.

En el Valle de Hecho, Bea y Nacho están cerca de finalizar su trabajo junto a José Emilio y Corina. Encerrarán a las vacas hasta el próximo mes de mayo, cuando vuelvan las suaves temperaturas y hayan crecido de nuevo los pastos. Pero antes deberán también curar una herida infectada con larvas, exponiéndose a alguna que otra patada y el mal genio del ganado de Luis Brun, un vecino de Siresa.

En Benabarre se unirá Nacho, en esta ocasión junto a Andrés Yzuel, nuestro séptimo estudiante de veterinaria, a la cañada que recorre Alberto Suils. Con uno de los rebaños más impecables del Pirineo, este ganadero tiene fama de mimar especialmente a sus ovejas. A las mansas, que comen literalmente de su mano, las ha bautizado como "Maritrinis". ¿Qué tal se llevará este nuevo equipo?

La aventura continua para nuestros intrépidos estudiantes de veterinaria. Ávidos de experiencias vitales, tienen todavía muchos kilómetros por delante para demostrar su valía en el apasionante mundo de la trashumancia.

'Un hotel de mil estrellas', los jueves a las 21:30 horas.