Los “Pisos patada” en Aragón, este viernes en 'Unidad móvil’

Durante el pasado año, llegaron a los juzgados españoles más de 27.000 casos de “okupación”. En Aragón cerca de 700 viviendas de bancos e inmobiliarias cuentan con residentes irregulares.

¿Hay en Aragón grupos organizados que dan la patada en la puerta, cambian la cerradura y cobran por ese servicio o es la extrema necesidad lo que lleva a alguien a convertirse en “okupa” de una vivienda? El problema de la “okupación” de pisos continúa creciendo en Aragón. De hecho, de las aproximadamente 4.500 viviendas que la banca y las inmobiliarias podrían poner a disposición de la Administración para realojos de carácter social, entre 450 y 675 cuentan ya con residentes irregulares. También se dan casos de pisos “okupados” de propietarios particulares.

Unidad Móvil analiza la situación insostenible que viven los vecinos de uno de los edificios de la calle Alonso V de Zaragoza. Hay una guerra abierta entre los propietarios de los pisos y cuatro familias que han ocupado la primera planta del inmueble.

Alguno de los dueños se han tenido que ir de sus casas por miedo y han instalado cámaras para comprobar quiénes son las personas que rompen los bombines del portal, los buzones o el ascensor. Hay varios procedimientos abiertos en los juzgados y será allí donde se tenga que dirimir con estas personas que han entrado en esos pisos-patada.

Pero los casos de “okupación” son muchos y variados: en el barrio de Santa Isabel de Zaragoza hay un edificio entero ocupado. Asesorados por "Stop desahucios", los inquilinos irregulares han llegado a un acuerdo con las instituciones para que puedan quedarse pagando un alquiler social. Desde una nave de un polígono cualquiera, “Óskar” cuenta a un reportero de Unidad móvil cómo cayó en la calle en el verano de 2013 y poco a poco se metió en el mundo de la ocupación: “aquí en la nave llevo año y pico. Estoy empadronado, tengo un retrete y una cama. Eso sí, tengo muy en cuenta a la hora de ocupar una vivienda que no sea de un particular, eso sí que no”, dice.

En Huesca, Enrique y su familia se convirtieron en “okupas” cuando una entidad bancaria les desahució del piso en el que vivían. "Somos siete: mi mujer y yo, tres hijos y dos nietos. En la calle no íbamos a estar, así que dimos una patada a una puerta y nos metimos en esta casa", cuenta Enrique.

Llevan así tres años y han recibido la orden de desahucio para el día 30 de diciembre. Sus vecinos no quieren que se vayan. "Son buenas personas, me da mucha pena todo esto", cuenta su vecina de rellano con lágrimas en los ojos. Enrique lo tiene claro: si no consigue negociar un alquiler social con el banco, volverán a “okupar”. Lo más paradójico del caso es que a los pocos días de que Enrique y su familia tuvieran que dejar su casa por desahucio, otras personas entraron a “okuparla”.

La ocupación de viviendas ha generado toda una industria a su alrededor. Cada vez son más los bancos y propietarios que colocan puertas "anti-okupas" para evitar que accedan al interior de sus viviendas deshabitadas cambiando la cerradura. Un equipo del programa presencia una de estas operaciones. "Colocamos 4 o 5 a la semana", cuenta el instalador. Se trata de puertas acorazadas que cuestan en torno a 800 euros y que se colocan por encima de la puerta ya existente. "La presencia de okupas en esta vivienda va a suponer entre 2000 y 3000 euros de gasto", cuenta Silvia, la representante de la entidad bancaria propietaria de la vivienda.

¿Por qué estas situaciones se prolongan en el tiempo sin que aparentemente nadie haga nada? ¿Qué delito comete quien pega la patada a una puerta y entra a vivir a una casa que no es suya? ¿a qué penas se enfrentan? ¿ cuál es el procedimiento legal que impera? También en Aragón empiezan a proliferar abogados que se han especializado en esta nueva modalidad de delitos; Unidad Móvil ha hablado también con ellos para resolver las muchas dudas que suscitan estos casos.

Unidad móvil, este viernes a las 21.30 horas, en Aragón TV.

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