Una semana más siguen con su día a día ‘Piso compartido’. Toca partido de fútbol y Lorién tiene un interés añadido: Participar mediante un mensaje de móvil en el sorteo de un viaje para dos personas a Canarias. Todo son chanzas y chirigotas hacia el compañero… hasta que le avisan por teléfono de que es el agraciado. A partir de ahí Eduardo y Diego, los mismos que minutos antes se reían de su inversión de dos euros, pugnarán por ser el elegido para acompañarle en el viaje. Todo es poco para complacerle. Para empezar pelean por ver quién le hace un masaje, ese es el nivel.

E.T., el chiquillo que llegó de las estrellas y se mantiene a día de hoy con su traje regional, muestra una nueva habilidad. M.ª Carmen aparece con Vicente, su psicólogo de cabecera, un individuo que la tiene calada y sabe al dedillo el trasfondo de cada uno de sus comportamientos y tics. Pero ojo que el mocico verde se va a destapar como una dura competencia en la ciencia de la mente. Aunque no tiene el título de Marte convalidado y eso es un problema aquí y en el resto del sistema solar.

Roque & Adela siguen disparando con su mando a distancia (ha mejorado muchísimo el señor del bígote en ese sentido, antes zapeaba levantándose del sofá) y dan con el programa de éxito Supervivientes. Una nimiedad los sufrimientos que soportan a ojos de la señora del cardado. Y es que allá por los años ochenta el nombre del programa era literal. De hecho, en singular, solo sobrevivía uno. Parece ser que pasaban mucho hambre y cada concursante formaba parte del menú del resto. El caso es que terrible o no, esto sucedía en más programas...

A primera hora de la mañana, toca desayuno. Y si es con famosos no hay duda de que hay sobre la mesa un Desayunando con... concretamente en este caso con la familia Villarejo. El comisario es un tipo acostumbrado a la grabadora… pero hay motivos, lo lleva en el ADN. Y es que no puede comprometerse a algo y fallar, porque su madre lo graba de continuo y se lo planta en las narices. Costumbres de familia.

En Casa Gálvez María Jesús llega sofocada con las bolsas de la compra. Pero con una sonrisa de oreja a oreja porque le ha ayudado el vecino buenorro. Justo el de la casa de al lado, pared con pared. Y precisamente en esa pared, y tapado hasta entonces por un cuadro, un gran agujero. A partir de ese momento se conocerá como ‘el agujero indiscreto’, porque van a saber de la vida del vecino a tiempo real. Hasta de sus posibles asesinatos se van a enterar...

Esta semana toca disfrutar del señor gordito que baila con la señora con chaqueta de punto que canta. Y bien de consejos de regalo.

Arturo y Damián se encargarán de dar cerrojazo al programa. Y lo harán tratando el tema del ‘Desayunando con...’. Villarejo y Casetas...