Enriqueta Lahoz quería por todos los medios formar parte de la batalla y finalmente consiguió convencer a su sobrina Sandra. Con su buen humor, chistes y canciones pone la nota alocada y Sandra la cordura y el freno. Se han convertido en una de las parejas más divertidas, risueñas y desenfadadas y tras ser “repescadas”, no se imaginaban que su andadura iba a terminar en solitario.
Enriqueta, jubilada de Zaragoza, ha cambiado su forma más tradicional de cocinar por un estilo más innovador, clave para seguir en La Batalla de las Tapas.