17 agosto 2017

'Unidad Móvil' visita algunos de los lugares de baño más atractivos de la comunidad aragonesa

Muchos de ellos en lugares recónditos y poco conocidos, otros lamentablemente masificados y en los que las instituciones han tenido que adoptar una serie de medidas para evitar su deterioro definitivo

Que Aragón es una región de interior y sin playa, es indiscutible. Pero también es una comunidad rica en ríos, muchos de los cuales generan exclusivas zonas de gran belleza natural y paisajística que ofrecen la posibilidad de disfrutar de baños en aguas todavía limpias y cristalinas. Este viernes, los reporteros de 'Unidad Móvil' se marchan de ruta por algunos de los lugares de baño más atractivos de la comunidad autónoma aragonesa, muchos de ellos en lugares recónditos y poco conocidos, otros lamentablemente masificados y en los que las instituciones han tenido que adoptar una serie de medidas para evitar su deterioro definitivo.

Es el caso del Salto de Bierge, una de las playas artificiales de interior más concurridas del Alto Aragón, que desde este verano tiene acceso limitado a 250 bañistas (220 bañistas y 30 barranquistas) lejos del más de millar de asistentes que se llegaban a concentrar sobre todo los fines de semana de verano.  Ubicado en el entorno del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, cada verano recibía un fuerte impacto medioambiental fruto de la elevada masificación de público. Entre los bañistas, opiniones para todos los gustos: “yo prefiero pagar los dos euros y tener garantizado un día tranquilo, lo de otros años era excesivo, no cabíamos”, dice un bañista.

Afortunadamente, en Aragón todavía son mayoritarias las zonas de baño no masificadas. Por ejemplo, en el Matarraña. En Beceite la fama la llevan El Parrisal y La Pesquera, pero los lugares donde se baña la gente del pueblo son la piscina natural y el pantano de Pena. La piscina natural es una playa de aguas cristalinas junto al casco urbano de la localidad. Es el río Matarraña canalizado. Hasta allí se acercan muchos vecinos directamente en bañador. A poco más de 3 km se encuentra el pantano de Pena. Allí pueden practicarse actividades como el kayak o pasear en patín.

El Pirineo también tiene "playas". Las pozas de Belsué, en la comarca del Sobrarbe, están catalogadas como naturistas, es decir, está permitido darse un chapuzón sin bañador aunque la gente lo hace solo en las pozas más alejadas y tranquilas. El río Flumen garantiza aguas cristalinas y limpias puesto que está alejado de cualquier pueblo habitado. Las pozas están excavadas en la roca y la mayoría tienen poca profundidad. Sin duda alguna, un paraíso.

Para los más valientes está la opción de los ibones de sierra Tendeñera: Asnos y Sabocos,  situados a más de 2000 metros de altitud. La telecabina de Aramón Panticosa facilita el acceso hasta cota 1900. A partir de ahí, quienes no quieren acceder andando, pueden subirse a un autobús 4x4 que les lleva hasta el mismo ibón de Asnos. "Cada año nos visitan cientos de personas, pero sobre todo, familias con niños", cuenta Jesús Agustín, responsable de marketing de Aramón. Llegar es una cosa. Bañarse, otra. El agua está a muy baja temperatura.  Sólo los valientes consiguen adentrarse en estas aguas glaciares.

De nuevo en la provincia de Teruel, la sierra de Albarracín ofrece muchas posibilidades de baño. Cerca del pueblo de El Vallecillo y algo escondida se encuentra la cascada del Molino de San Pedro, de unos 12 metros de alto y con una poza fantástica donde disfrutar de un buen chapuzón. Otra opción es la cascada batida de la Fuente del Berro, entre los pueblos de Royuela y Calomarde. Es un salto de agua de unos 20 metros y cae sobre una profunda poza.

Y en las Cinco Villas, el pozo Pígalo es una gran poza de agua ubicada en el río Arba de Luesia, de fácil acceso, muy popular y concurrida durante la época estival. La poza se encuentra rodeada por enormes pliegues de roca que forman auténticas paredes naturales de piedra estratificadas por las cuales trepan con facilidad los bañistas lanzándose al agua desde gran altura. Junto a la poza existe una gran zona de pinar con mesas y bancos habilitada como zona de merendero. Y a escasos metros, se emplaza el Camping de Pigalo.

Aguas arriba del Pozo Pígalo, y remontando el río Arba de Luesia nos encontramos con otras pozas entre las que destaca la Poza de Santa María, quizás menos espectaculares que el Pozo Pígalo, aunque por otro lado bastante menos concurridas.

Estas y otras historias de “Las playas de Aragón”, este viernes a partir de las 21:35 horas, en 'Unidad Móvil'.

#UMplayasaragón

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